29 de diciembre de 2021

EVALUACIONES Y CERTEZAS

Pastor Martín Ocaña
Llegamos a fin de año en las iglesias. Por estas fechas algunas iglesias todavía no terminan de hacer evaluaciones y planificaciones para el próximo año que comienza ya. El contexto actual no permite tener certeza de lo que se podrá hacer realmente como iglesia. Algunos ministerios eclesiales han tenido que recomponerse por diversos factores. Pero de seguro habrá oportunidades para seguir sirviendo al Señor.

Un pastor en Lima hace unos días escribió en su muro: “Todas las congregaciones hemos perdido membresía por diversos factores: Muchos/as han fallecido; otros/as han migrado a sus tierras de origen por las facilidades y menor concentración de población; no hay que cerrar los ojos al hecho de que muchos/as han enfriado su fe y no les preocupa, ni les interesa la comunión de la Iglesia.”

Ese pastor tiene razón. Sólo añado que los que se enfriaron espiritualmente ya lo estaban mucho antes de la pandemia y el cierre de los templos fue una excusa para desparecerse. Algunos ya casi dos años que están desaparecidos de la iglesia (no exagero). Y no es que se fueron a otra iglesia “para servir al Señor”. No. Pero hay casos en los que algunos -los menos realmente- participan de otros zooms y servicios escapando de responsabilidades en la iglesia que dejaron. No me cabe duda que nuevamente migrarán cuando le encuentren algún defecto al pastor o al ministerio de música. Esa película la he visto muchas veces.  

En una iglesia el ministerio de jóvenes elabora su plan para los meses de agosto a octubre: 19/08: Especial de jóvenes; 26/08: La noche de los peluches; 02/09: Pijamada de jóvenes; 09/09: La noche del amigo; 16/09: Gran choque: hombres vs. mujeres; 23/09: Noche de especiales; 30/09: El postre más rico; 07/10: Noche de las mascotas; 14/10: Película evangelística; 21/10: El equipo con más gente; 28/10: Gran banquete de jóvenes. Eso fue hace algún tiempo (tengo el tríptico, no es broma). Y esa misma iglesia hoy realiza pijamadas con niños y ha añadido otras “novedades”. Claro, hay que actualizarse. Vaya manera de “ganar” (o mantener) a los adolescentes y los jóvenes. En mi opinión eso no es iglesia, pero sí califica para club social. 

Hace años José Pérez Guadalupe refiriéndose a la experiencia católica, sugirió que muchos abandonaron esa iglesia por falta de atención pastoral, para luego llegar a las iglesias evangélicas. Ese análisis es muy discutible. Pero algunos misiólogos, con poco o sin trabajo de campo, repiten irresponsablemente esa hipótesis para decir que lo mismo sucedió con los miembros de las iglesias evangélicas que migraron a las llamadas congregaciones “neopentecostales” (esos que predican prosperidad económica y la guerra espiritual contra Satanás y sus demonios). Falso. Podría contar muchas experiencias que desmienten eso (y creo que no estoy solo en esto). Como que hay que conocer un poquito más las diversas realidades y a las personas ¿no?

Hay una población eclesial que siempre anda buscando “experiencias espirituales” y emigra constantemente a otras iglesias que considera “más espirituales” aún. Este fenómeno está en casi todas las congregaciones. Así que amigo pastor que escribiste en tu muro, considera este dato. Ahora, también están los que emigran por otras razones. Y entre éstas hay las razones “buenas” (o comprensibles) y las “malas”. Algunos se fueron porque se mudaron de la ciudad, otros porque la novia o esposa era de otra iglesia. Pero también están los que migran sólo porque quieren ser parte de una iglesia más numerosa -para ser sólo un número dentro de ella- o de una ubicada en una zona exclusiva donde asisten algunos famositos de la televisión. Hay otras razones peores aún, pero mejor no las menciono.  

A pesar de todo lo dicho siempre hay sorpresas gratificantes. Hay quienes, con verdadera sed por la Palabra de Dios, se han incorporado a los cultos que se realizan vía zoom. Otros han entregado su vida al Señor. Están aquellos que han madurado en la fe y se han fortalecido espiritualmente en medio de las diversas pruebas. Incluso, algunos de forma muy creativa sirven al Señor y hasta evangelizan utilizando los avances tecnológicos. Claro, todo esto no es fácil. Hay mucho esfuerzo de por medio como mucha oración. 

Así que amigo pastor, líder, directivo, no te desanimes. Sigamos orando y sirviendo al Señor. Bien dice el apóstol Pablo: “estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” (1 Corintios 15:58). 

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