Por: Martín Ocaña Flores
TEXTO BÍBLICO (Mateo 26:6-16)
Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra. Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis. Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura. De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.
Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata. Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarle.” (RV 1960).
CONTEXTOS LITERARIO Y SOCIAL
Esta sección (26:1 – 28:15) es la última del Evangelio de Mateo y tiene como tema mayor la muerte de Cristo y su resurrección. De hecho, Jesús se aproxima cada vez más a su crucifixión, y eso es algo que deben saber sus discípulos (26:1-2). Jesús anuncia que será “entregado” (v. 2), cosa en la que se esforzará Judas Iscariote (vv. 15-16). La entrega -que es un acto de traición- involucra a toda la clase religiosa: principales sacerdotes, escribas y ancianos del pueblo, quienes se reúnen en el patio de Caifás, el sumo sacerdote (vv. 3, 14).
Como es evidente toda la sección está teñida de diversas violencias contra Jesús (desde 18:47 en adelante), quien finalmente será llevado a la cruz (v. 18). Los verbos “matar” y “entregar” (traicionar) cobran fuerza en el relato (vv. 4, 25). Es en este contexto y ánimo que hay que ubicar el ungimiento de Jesús en Betania por parte de una mujer anónima (v. 6). Todo esto sucedió dos días antes de la fiesta judía de la Pascua (v. 2).
El tema económico.- Aunque el relato tiene que ver con el sacrificio de Cristo, no deja de ser notorio el tema económico. Así aparece un perfume de gran precio (v. 7), está el comentario de venderlo por un gran precio (v. 8) y las treinta piezas de plata que recibió el traidor Judas (v. 15). Dado que la sección va casi hasta el final del Evangelio, hay que observar que -después de la resurrección de Jesús- la clase religiosa judía compró con mucho dinero la conciencia de los soldados que custodiaron la tumba de Jesús, para que cambien su versión de lo que realmente había sucedido (28:12, 15).
PALABRAS Y EXPRESIONES A RESALTAR
“en Betania, en casa de Simón el leproso” (v. 6)
Los vv. 6-11 cuentan cómo en Betania, en casa de Simón, sucedió un hecho donde los anfitriones de Jesús son caracterizados por datos que sorprenden. Simón era un “leproso”, es decir alguien que había sido sanado de tal azote, y también está la presencia de una mujer cuyo nombre se desconoce. Vistos con los ojos de la cultura de ese tiempo, ambos eran personas con pocos privilegios religiosos además de ser socialmente “marginales”.
“ha hecho conmigo una buena obra” (v. 10).
Algo que no se puede negar es que “la verdadera protagonista del relato es una mujer anónima, que se introduce abruptamente en el escenario del banquete y realiza una acción que provoca una reacción negativa en algunos de los comensales.” (Levoratti 2007:385). La mujer, mientras Jesús estaba en la mesa, derramó sobre su cabeza un perfume de gran precio con el significado de “prepararle” para la sepultura (v. 12). Es decir, ella había entendido nítidamente que Jesús iba camino a la muerte. Lo que hizo fue calificado como “buena obra” (v. 10), tanto así que el Señor dice que donde se predique la buena noticia del Reino de Dios “se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella” (v. 13).
“Ella reconoce a Jesús como rey y profeta, como enviado (ungido) y ha comprendido que él entregará su vida por todos. El gesto de romper el frasco de alabastro y derramar el perfume simbolizará el cuerpo partido y la sangre de Jesús derramada por la salvación del mundo. Y sólo entonces el evangelio se anunciará por todo el cosmos.” (Estévez 2012:113-114). Como en otros relatos evangélicos (15:21-28), aquí la mujer anónima tienen un discernimiento y una fe que ni siquiera sus discípulos muestran.
Pero el comentario elogioso que hizo el Señor respecto a la mujer fue a causa de la reacción equivocada de sus discípulos, quienes lejos de interpretar de forma correcta lo que hizo lo redujeron a un asunto estrictamente económico (vv. 8-9), molestando además a la mujer (v. 10). Observe que los discípulos no dicen que ellos van a dar de lo suyo a los pobres, sostienen más bien que la mujer pudo hacer una mejor “inversión” socorriendo a los pobres con el dinero que se pudo obtener con el perfume vendido (v. 9). ¿Es que quieren parecer preocupados por los pobres de su tiempo?
“La incomprensión [de los discípulos] consiste en aplicar a ese gesto «gratuito» un criterio valorativo rígidamente económico, puramente pragmático. Aunque el reproche se enmascara bajo el velo de la preocupación por las necesidades de los pobres, en realidad se trata de una visión estrecha de las cosas y de una contabilidad mezquina.” (Levoratti 2007:385). Más aún, bien se podría añadir que los discípulos no tenían derecho alguno de criticar a la mujer por el supuesto “desperdicio” (v. 8). Si ella quería ser generosa con el Señor ¿en qué les afectaba a ellos?
“siempre tendréis pobres con vosotros” (v. 11)
El v. 11 merece una explicación más detallada, dado que con frecuencia ha sido mal interpretado. Así, “se ha pretendido, por ejemplo, que Jesús se oponía al progreso social y consideraba inútil el esfuerzo por mejorar las condiciones de vida de los pobres” (Levoratti 2007:385). Peor aún, algunos lo entienden como si el Señor hubiera pronunciado una profecía contra los pobres de todos los tiempos. Las palabras exactas del Señor son “Pántote gár toús tojoús éjete meth eautón, emé dé oú pántote éjete”, y sobre esto tengo tres observaciones.
(1) Las traducciones literales de la Biblia no traducen éjete en tiempo futuro sino en presente: “Porque a los pobres siempre los tenéis con vosotros, pero a mí no me tenéis siempre” (Nueva Versión Purificada), “Pues a los pobres los tenéis siempre a mano; más a mí no me tenéis siempre” (Torres Amat), “Porque en todo tiempo a los pobres los tenéis con vosotros, más a mí no siempre me tenéis” (Pablo Besson). (2) Las mismas versiones literales traducen la voz pántote por “siempre”, lo cual es inexacto. Esta voz es mejor traducirlo por “regularmente”, “a cada momento”, “habitualmente”. Al traducirlo por “siempre” da la idea de algo perenne, de algo que siempre estará o nunca acabará. (3) Ninguna traducción aclara que los ptojoús son “pobres extremos”. Aquí no se trata de “pobres” en general, para eso habían otras voces griegas.
Después de estas explicaciones mi traducción es: “Habitualmente a los pobres extremos los tienen con ustedes, pero a mí no me tienen regularmente”. De hecho, Jesús no estará mucho tiempo más con los discípulos pues va camino a la cruz y la sepultura. La mujer ha sabido valorarlo a él y por eso le dio lo más valioso que poseía (el perfume caro). “Jesús no está insinuando, como piensan muchos, que es necesario que haya pobres, sino que es necesario socorrer a los pobres cuando ya no se le puede hacer a él personalmente el servicio que esta mujer le prestó.” (Lacueva 1984:118). Además, los pobres extremos están ahí y hay que socorrerlos (25:35-40). Eso debían saberlo, estaba escrito en la Ley (Deut 15:7-11).
“desde entonces buscaba oportunidad para entregarle” (v. 12)
“A continuación, Mateo narra el acto ruin de Judas, que recibe el pago por traicionar a Jesús. Se especifica que Judas es “uno de los doce”, hecho que los lectores de Mateo conocen (cf. 10:1-4), pero la designación eleva la culpabilidad de este que ha tenido el privilegio de formar parte del círculo interno de los seguidores más cercanos de Jesús, que había sido designado para desempeñar liderazgo en la iglesia que iba a formarse, y que habría ejercido autoridad sobre las doce tribus de Israel (19:28). En vez de ello, su privilegio le da la oportunidad para la inconcebible traición que resultará en una impactante condenación.” (Wilkins 2016:646).
Los vv. 14-16 muestran cómo Judas Iscariote busca a los principales sacerdotes para entregar traicioneramente a Jesús, y así ejecuten su plan de matarlo (v. 4). El relato es breve y sencillo, dado que se trata de una transacción económica (y moral a la vez). Da lo mismo que sean treinta o cien monedas de plata lo que recibe Judas. Pero lo que hace quedará grabado en la memoria de la humanidad como uno de los actos más viles de los que se tenga conocimiento.
“La traición de Judas es quizá el hecho más desconcertante que narran los evangelios. Cuesta mucho pensar, en efecto, que Jesús haya sido traicionado por uno de sus seguidores más íntimos. (…) El verbo «entregar» (gr. paradidonai, vv. 15-16) encierra una velada alusión al designio divino: el Hijo del hombre es entregado a la muerte, conforme al plan de Dios, para la salvación del mundo.” (Levoratti 2007:386). Además, la acción de Judas contrasta con la de la mujer anónima: mientras ésta le ofrece a Jesús un perfume costoso y lo unge preparando su sepultura, Judas gana unas monedas a costa de la sangre de quien fue su Maestro.
¿Qué fue realmente lo que motivó a Judas a traicionar a Jesús? Es muy difícil entrar en la lógica de Judas Iscariote, pero está obvio que su acto rompe con la lealtad hacia el Señor y la fidelidad al grupo. No hay que perder de vista que en los actos de traición generalmente hay oportunismos económicos o decepciones de diversa índole. Es posible que Judas se haya entusiasmado con el Jesús que alborotó el templo (21:12), pero luego se decepcionó en extremo al ver que anunció, una vez más, su sepultura (26:12). Sus expectativas de ver a Jesús como Mesías terrenal, rey guerrero que lucha contra Roma se diluyeron totalmente. Ya no había nada que hacer, Jesús era un falso Mesías según sus criterios políticos, por tanto debía ser eliminado. Judas así llega a ser parte del complot de los religiosos contra Jesús.
IDEA CENTRAL DEL TEXTO
El Señor Jesús va camino a la cruz en medio de complots para acabar con su vida (vv. 4, 15). Pero una mujer anónima lo unge con un perfume costoso reconociendo, con ello su mesianismo sufriente (pues iría a la sepultura). Ese hecho es exaltado por Jesús, y debe acompañar el anuncio del Evangelio (v. 13).
LECCIONES QUE APRENDEMOS
Acerca de Jesús:
Jesús acepta el desprendimiento generoso de una mujer que lo unge, a la vez que corrige a sus discípulos que tienen una visión estrecha (puramente económica) del ungimiento. Les exhorta, en el espíritu de la ley mosaica, a hacer el bien a los pobres extremos que están habitualmente cerca de ellos.
Lecciones para todos:
Los cristianos debemos reconocer el carácter sufriente del mesianismo de Jesús, además de recordar que a los pobres extremos se los tiene a cada momento y en todo lugar. A éstos debemos hacerles el bien.
Fuentes usadas:
Estévez, Elisa. (2012). Las mujeres en el origen del cristianismo. Navarra: Verbo Divino (Serie: Qué se sabe de …).
Lacueva, Francisco. (1984). Nuevo Testamento interlineal griego-español. Barcelona: CLIE.
Levoratti, Armando. (2007). Evangelio según san Mateo, A. Levoratti, edit., Comentario Bíblico Latinoamericano. Nuevo Testamento. Navarra: Verbo Divino, 2ª edición revisada.
Wilkins, Michael. (2016). Mateo: Comentario bíblico con aplicación NVI. Nashville, TE: Vida.
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