13 de noviembre de 2020

JESÚS SE ENCUENTRA CON LOS GADARENOS

 

Pastor Martín Ocaña 
TEXTO BÍBLICO

Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados (dúo daimonizómenoi) que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino. Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, [Jesús] Hijo de Dios (huié toú Theoú)? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo (pró kairoú)? 

Estaba paciendo lejos de ellos un hato de muchos cerdos. Y los demonios (daímones) le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos. Él les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos; y he aquí, todo el hato de cerdos se precipitó en el mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas. 

Y los que los apacentaban huyeron, y viniendo a la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que había pasado con los endemoniados (daimonizoménon). Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de sus contornos”. (Mateo 8:28-34, RV 1960)

CONTEXTOS LITERARIO Y SOCIAL

Este relato guarda relación con el anterior. Ahora sabemos a dónde cruzaron con la barca. Una vez calmada la tempestad llegaron a Gadara. Ésta era una ciudad fortificada de la Decápolis. Era de considerable importancia por aquel entonces y casi todos sus habitantes eran griegos. “Se extendía hasta el Jordán y el lago de Galilea, y precisamente en la parte que colindaba con el lago se verificó el milagro de los endemoniados y los cerdos. La presencia de un gran hato de estos animales, tenidos por inmundos en el judaísmo, es una muestra de la helenización de esta región”. (Orme 1977:241).

En esta historia hay muchos personajes. Aunque el relato centra su atención en Jesús el Mesías, lo cierto es que estaba acompañado de sus discípulos (cf. el plural de Mc 5:1). También están los dos endemoniados (es decir dos personas habitadas por demonios, lo que hace de éstos otros personajes añadidos), los que cuidaban a los cerdos y el pueblo. ¡Hasta los cerdos tienen un lugar en esta historia!

Sin duda, los cerdos despeñados ocasionaron una gran pérdida económica para sus propietarios (según Mc 5:13 eran como dos mil cerdos). Una pérdida como esa de seguro arruinó a los dueños, a la vez que dejó sin trabajo a sus empleados. Esta sería una de las razones por la que todo el pueblo rogó a Jesús que se marche de ese lugar (v. 34). Tal vez temían que pudiera hacerles aún más daño que los endemoniados.

En este relato Jesús se enfrenta con manifestación de poder a dos endemoniados (vv. 28-32), y también se encuentra con toda la población de Gadara (vv. 33-34), aunque más exactamente la ciudad le salió a su encuentro (v. 34). El relato, entonces, muestra cómo Jesús trató y respondió a dos poblaciones distintas de gadarenos. Al final Jesús optará por irse de la región (9:1). 

Observación a la RV 1960. Esta versión añade innecesaria e incomprensiblemente la palabra “Jesús” (vs. 29). Esa es la razón porque lo he puesto entre corchetes. Otras traducciones omiten ese añadido y se entiende bien sin ningún problema.

PALABRAS Y EXPRESIONES A RESALTAR

“endemoniados” (v. 28)

La presencia de demonios que dominan y/o toman posesión de ciertas personas es algo que aparece con en el Nuevo Testamento. Esto convierte a aquellos en posesos quienes necesitan, por tanto, de liberación. Jesús, según 4:24, ya se había enfrentado a los demonios expulsándolos de los posesos, y trayendo liberación a esas personas oprimidas. Esta acción Jesús el Mesías la repetirá en Gadara.

Jesús más adelante afirmará: “Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el Reino de Dios” (12:28). ¡Este es el asunto central del relato! ¿A qué fue Jesús a esa región pagana donde predominaban las prácticas helenistas? ¡A llevar el Reino de Dios! Todas las personas, incluyendo los gadarenos, necesitan conocer de Jesús y la nueva realidad que ha llegado en él. El Reino de Dios es para judíos y no-judíos.

Nota: La Biblia menciona a Satanás y sus huestes espirituales (Efe 6:12) quienes son los enemigos de Dios, de su Reino, de su pueblo y de toda su creación. No llama la atención, por tanto, todos los esfuerzos que hacen para detener el avance del Reino de Dios que llegó con Jesús. Si para lograr su objetivo tienen que tomar posesión de las personas, sin duda lo harán. Pero Jesús el Mesías es más poderoso que ellos. De eso se dan cuenta hasta los mismos demonios.

“atormentarnos antes de tiempo (pró kairoú)” (v. 29)

Después de mostrar la fiereza y el peligro que representaban estos posesos a los gadarenos, el relato muestra cómo los demonios se rinden ante la presencia de Jesús. “Los demonios reconocen de inmediato la verdadera identidad de Jesús como “Hijo de Dios” (cf. Satanás en 4:3, 6). (…) Reconocen que otra fortaleza de Satanás, la esfera del mundo de los espíritus, está siendo invadida y vencida.” (Wilkins 2016:275).

Efectivamente, el lugar donde ahora está Jesús había sido un reducto donde dominan a su antojo los demonios, causando tanto miedo que nadie se atrevía a pasar por esos lugares. Las preguntas ¿Qué tienes que ver con nosotros? ¿Has venido acá…? revelan angustia, puesto que se saben ya perdidos ante la presencia del Reino de Dios. Además, como dice Levoratti:

    El episodio tiene un claro sentido simbólico. Jesús libera a los endemoniados en territorio no judío. Su actividad como exorcista es un signo de la llegada del Reino (cf. 12,28), y esa actividad liberadora trasciende las fronteras de Israel. Ya se perfila el horizonte universal de la misión evangelizadora (cf. 28,19-20). El poder sobre los demonios, manifestado por Jesús antes de tiempo (v. 29), pone de relieve que el poder del Mesías está actuando ya sobre la tierra, antes de la consumación final. (2007:327).

Un dato a resaltar es que los demonios utilizan la palabra kairós -y no krónos- para referirse al “tiempo” (v. 29). Esta voz aparece varias veces en el evangelio de Mateo (13:30; 21:34, 41) y se utiliza también en relación al juicio de Dios (Bonnard 1976:190). Sí, en ese día las huestes satánicas serán castigadas, pero Jesús puede adelantarles algo de ese juicio o tormento cada vez que libera/sana a las personas poseídas.

    Frente a los demonios se alza únicamente la figura de Jesús. La confrontación con un obstáculo tan temible pone de relieve la magnitud de su persona y de su misión. (…)  Si llega la salvación, si se instaura el reino de Dios, es porque Dios, en Jesús, triunfa radicalmente sobre las fuerzas del mal, cuya presencia se manifiesta en todos los puntos sombríos de la existencia humana: el pecado, la enfermedad y la muerte. (Levoratti 2007:327).

Los demonios al verse derrotados le ruegan (parekáloun) a Jesús que los envíe a un hato de cerdos que estaba por ahí (vv. 30-32). Esto significaba que iban a entrar en ellos (Mc 5:12-13), es decir poseerlos, como lo habían hecho con las dos personas de la historia, cosa que sucedió. Los cerdos al despeñarse murieron. Resulta interesante observar cómo la presencia demoníaca se asocia a la muerte (sepulcros, v. 28 y muerte de los cerdos, v. 32). Por otro lado, no se sabe qué pasó posteriormente con los demonios. Este dato no lo menciona el evangelio porque su interés es mostrar el poder de Jesús.

Algo que está en el relato, pero que se olvida con frecuencia, es que los dos posesos quedaron liberados de los poderes demoníacos gracias a la presencia de Jesús. El Reino de Dios les llegó en forma de sanidad. En esta historia no quedaron sanos a causa de una medicina o un tratamiento psicológico. Fue Jesús quien les dio sanidad y liberación. 

Advertencia: Algunos intérpretes sostienen que los endemoniados no eran tales, dado que los demonios no existen, sino que en este relato aparecen como símbolo del paganismo alienado que viene al encuentro de Jesús. A los teólogos liberales-racionalistas siempre les ha incomodado todo lo que ellos consideran “sobrenatural”, dado que no entra en su concepto de “razón” o “razonable”. Los milagros y los exorcismos, dicen ellos, son parte de un lenguaje característico de ciertas culturas premodernas llenas de mitos y leyendas. 

“toda la ciudad salió al encuentro de Jesús” (v. 34)

Al ver a los cerdos muertos (v. 32) sus apacentadores fueron a la ciudad a contar lo ocurrido, lo que incluye “lo que había pasado con lo endemoniados” (v. 33). Es decir, estos trabajadores dieron un informe completo de lo acontecido: muchos cerdos muertos y dos hombres liberados por el poder de Jesús. Frente a esto toda la población salió a buscar a Jesús, pero no para reconocer su poder sobre los demonios, sino para rogarle que se fuera de la región. Aunque fueron al encuentro de Jesús y hablaron con él, al igual que los endemoniados (v. 28), no significa que lo hayan encontrado de verdad.

En esta historia hay dos ruegos a Jesús: el de los demonios (parekáloun, v. 31) y el de toda la población (parekálesan, v. 34). La voz griega significa “suplicar”, como bien traducen la NVI y la BNP, aunque la mayoría de las versiones prefiere la palabra “rogar”. Los demonios suplican a Jesús que los deje ir a los cerdos, y la población suplica a Jesús para que los deje a ellos, es decir que se vaya. Ni los demonios -por razones obvias- quieren estar cerca de Jesús cuya presencia los atormenta, ni la población -por razones no tan obvias- tampoco quieren estar cerca de Jesús.

Varias preguntas surgen al observar ese ruego de la población. ¿Ya se habrían acostumbrado tener cerca a los endemoniados, aunque éstos representaran una amenaza constante? ¿Les importaría en algo la vida de esas dos personas ahora sanadas? ¿Habrán pensado que la presencia de Jesús en sus tierras era un gran peligro para su forma de vida y sus intereses económicos? Es irónico ver que hasta los demonios reconocen a Jesús como Hijo de Dios, mientras que la población ni se da por enterada de ello. 

 “Aquí no se trata de los paganos dispuestos a recibir a Cristo, como en el caso del centurión romano (8,5-13), sino de paganos recelosos y desconfiados.” (Levoratti 2007:327). Y es que el Reino de Dios, por más que llegue con muestras de poder y sanidad, a muchos o no les gusta o no les conviene. Para algunos es mejor vivir cerca de los posesos (y de los demonios) que con Jesús. A veces da la impresión que hay poblaciones enteras que prefieren las tinieblas antes que el Reino de Dios.

IDEA CENTRAL DEL TEXTO

Jesús es reconocido en tierras paganas, por los demonios, como “Hijo de Dios”. Justamente por eso es que se saben derrotados, abandonando a dos personas de las que se habían posesionado, quienes ahora quedan sanas/liberadas. Por su parte, la población gadarena prefiere que Jesús se vaya de esa región, no están de acuerdo con lo que ha hecho. Han decidido llevar una vida sin él. Aunque muchas personas le den ese trato a Jesús no significa que no vaya a demostrar el poder transformador del Reino de Dios.

LECCIONES QUE APRENDEMOS

Acerca de Jesús:

Jesús llega a una región pagana (Gadara) como parte de su misión de llevar el Reino de Dios a todo lugar, y con ello anticipa la misión universal que llevarán a cabo sus discípulos (28:19). 

Jesús libera a las personas poseídas por demonios. Mientras éstos reconocen a Jesús como Hijo de Dios y no soportan su presencia, los otros experimentan el Reino de Dios que los sana y libera (12:28).

Jesús no impone su Reino a nadie. Si una persona o una población entera le piden que se retire de ese lugar, por más que haya mostrado su poder, lo hará. ¡No dará lo santo a los perros o perlas a los cerdos! (7:6).

Acerca del pueblo:

No es suficiente ir al encuentro de Jesús, dado que se le puede buscar por motivos o propósitos equivocados. Si se le busca pero para rogarle que se retire de aquel lugar, mejor hubiera sido no buscarlo. La condenación será mayor para ellos (10:14-15).

La población de Gadara, al rogar a Jesús que se retire de ese lugar, cierra de forma voluntaria la posibilidad que el Reino de Dios transforme sus vidas. A pesar de ello, dos de sus habitantes sí llegaron a ser parte del Reino de Dios.

Fuentes usadas

Bonnard, Pierre. (1976). Evangelio según san Mateo. Madrid: Cristiandad.

Levoratti, Armando. (2007). Evangelio según san Mateo, A. Levoratti, edit., Comentario Bíblico LatinoamericanoNuevo Testamento. Navarra: Verbo Divino, 2007, 2ª edición.

Orme, Juan. (1977). Gadara, W. Nelson, edit., Diccionario Ilustrado de la Biblia. Miami, FL: Caribe.

Wilkins, Michael. (2016). Mateo. Nashville, TE: Vida.

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