7 de marzo de 2021

DÍA INTERNACIONAL DE LAS MUJERES

En el origen del “día internacional de la mujer” (institucionalizado por la ONU en 1975) está la lucha por la búsqueda de igualdad en lo que respecta participación y reconocimiento en la sociedad. Se trataba de una lucha necesaria y reivindicativa de lo justo. Eran tiempos en que las mujeres proponían un feminismo de igualdad (y no esos contemporáneos feminismos de privilegios contra la llamada “sociedad patriarcal” y “androcéntrica”). A ese feminismo de igualdad no hay nada que reprocharle, por el contrario, hay mucho en qué apoyar, dado que aún hoy inadmisiblemente las mujeres siguen siendo discriminadas y maltratadas sólo por el hecho de serlo.

La Biblia no dice nada acerca de celebraciones como la mencionada. Pero la Biblia sí dice mucho sobre las mujeres. Desde las primeras páginas de la Biblia ya se proclama su dignidad y valor. Junto con el varón tiene la imagen y semejanza de Dios (Gen 1:27). Y ambos son uno: los dos constituyen el ser humano, el Adán (Gen 5:2). Ambos -no sólo el varón- tienen la responsabilidad de sojuzgar la tierra (Gen 1:28). Que el pecado, es decir la desobediencia a Dios, haya ensuciado las relaciones varón-hembra (Gen 3:16), no significa que ello se vaya a aceptar sin más. La buena noticia es que en Jesucristo las relaciones varón-mujer vuelven a entenderse en términos de unidad (Gal 3:28).

Y es que en Jesús encontramos el modelo de cómo relacionarse entre varones y mujeres. Los cuatro evangelios nos muestran el respeto, la cercanía, el contacto, la valoración y el reconocimiento de parte de Jesús hacia las mujeres. Jesús las sanó, elogió la fe que tenían, defendió sus vidas, e incluso se les apareció resucitado dándoles el privilegio de ser las primeras testigos de que él estaba vivo. Lo mismo se puede decir del apóstol Pablo quien, en el marco de la extensión del Reino de Dios en el mundo gentil, igualmente actuó como Jesús. Pablo en las mujeres -algunas de ellas no casadas- y en los matrimonios encontró el apoyo necesario para cumplir con el mandato de Dios (Cf. la lista de personas que aparecen en Rom 16).

Aunque no hay “base bíblica” para celebrar el día de la mujer (dicho sea de paso, tampoco lo hay para el día de la madre), sí hay suficiente argumento bíblico para reconocer la dignidad y el valor que Dios les dio, dado que él las creó en unidad con el varón. Nos toca actuar como Jesús, imitar a Pablo, reconocer que lo que Dios ha hecho es bueno y en gran manera. Celebraré con mi esposa el día de la mujer. ¿Cómo no hacerlo? Estoy agradecido a Dios por ella. Y estoy agradecido también por las mujeres que son parte de mi familia, tanto la biológica como la espiritual.

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