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12 de febrero de 2021

JESÚS MISERICORDIOSO, FARISEOS LEGALISTAS

 Por: Martín Ocaña Flores

TEXTO BÍBLICO (Mateo 12:1-14)

“En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados en un día de reposo; y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer. Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo. Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes? ¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa? Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí. Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes; porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo”. (vv. 1-8). 

Pasando de allí, vino a la sinagoga de ellos. Y he aquí había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Jesús, para poder acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? Él les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la levante? Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo. Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra. Y salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle. (vv. 9-14) (RV 1960).

CONTEXTOS LITERARIO Y SOCIAL

“un día de reposo” (v. 1)

“La observancia del sábado, que supone una inactividad casi completa desde el viernes al atardecer hasta el anochecer del día siguiente, adquirió después del exilio una importancia cada vez mayor. Para explicar el porqué de esa institución se aducían diversos motivos: el recuerdo de la salida de Egipto (Dt 5,15), la necesidad de gozar de un descanso después de seis días de trabajo (Éx 23,12; Dt 5,14) y, sobre todo, el descanso de Dios en el séptimo día de la creación (Gn 2,3; Éx 20,11). Así el descanso sabático fue considerado desde el comienzo del destierro como signo de la alianza de Dios con su pueblo: Santifiquen mis sábados: que ellos sean una señal entre ustedes y yo, para que se sepa que yo, el Señor, soy su Dios (Ez 20,20; cf. Jr 17,19-27; Neh 9,14)”. (Levoratti 2007a:157)

“Como la Biblia se limita a prohibir el trabajo sin aclarar de qué actividades se trata (salvo la prohibición explícita, en Éx 35,3, de encender el fuego en las casas), surgió la necesidad de especificar con la mayor exactitud posible qué estaba permitido o prohibido realizar en día sábado. En general, las prescripciones se hicieron cada vez más rigurosas. Según Flavio Josefo, los esenios «se abstienen de trabajar en sábado, más estrictamente que los demás judíos; no solo preparan sus alimentos el día anterior para no encender el fuego en ese día, sino que ni siquiera se atreven a mover un utensilio ni a ir a la letrina» (Guerra, II,8,9). El Documento de Damasco, cuya vinculación con la secta de Qumrán parece estar fuera de duda, dedica 28 líneas a las prescripciones sobre la recta observancia del sábado (CD X,14 - XI,18). La mayoría de estas prescripciones no van más allá de las exigencias impuestas por los rabinos, que a su vez enumeran treinta y nueve trabajos que está prohibido realizar en sábado. Sin embargo, en algunos puntos las disposiciones de los esenios son más severas, por ejemplo, cuando el Documento prohíbe sacar de un pozo en día sábado al animal que se ha caído en él (CD XI,13s), o cuando reduce de 2.000 a 1.000 codos el camino que está permitido recorrer en sábado (CD XI,21)”. (Levoratti 2007a:157-158).

“iba Jesús por los sembrados en un día de reposo” (v. 1); “pasando de allí, vino a la sinagoga de ellos” (v. 9).

Pregunta ¿por qué en día de reposo Jesús y sus discípulos están caminando por los sembrados? Observación: si los fariseos los ven y le hablan a Jesús (v. 2) es porque también ellos estaban en el mismo día de reposo transitando por los mismos sembrados. Parece que el problema entonces no era caminar en día de reposo -en tanto estuvieran dentro de los límites permitidos por la tradición- sino en hacer algo considerado por los fariseos como “no lícito”. Pregunta: ¿Tanto Jesús y sus discípulos, como los fariseos, habrían estado de camino a la misma sinagoga? (v. 9). 

El tema de fondo (vv. 1-14) es el presumido quiebre del día de reposo a partir del trabajo que, supuestamente, no se debía hacer. Observe que los fariseos no cuestionan a los discípulos de Jesús el que hayan atentado contra la “propiedad privada” (del dueño de los sembríos). El problema según ellos es otro. Está en el arrancar espigas y comer (v. 1) y en el sanar a un hombre enfermo (v. 13). Y aunque a todas luces la crítica de los fariseos es ilógica, ellos contaban con el aparente argumento de lo “no lícito” (vv. 2 y 10).

En el hecho de los discípulos de “desgranar espigas y comerse los granos” (BLA) los fariseos vieron el delito que querían encontrar: trabajo ilícito. En Jesús sanando a un hombre con una mano paralizada igualmente encontraron otro acto ilícito. Tanto los discípulos como Jesús eran quebrantadores del sábado. El plan de los fariseos de acusar a Jesús (v. 10) les va a resultar, pues ahora ya pueden planificar “legalmente” acabar con él (v. 14). El legalismo irracional de los fariseos iba, sin duda alguna, contra la vida humana y contra el Reino de Dios.

PALABRAS Y EXPRESIONES A RESALTAR

“lo que no es lícito hacer en el día de reposo” (v. 2)

Estas palabras de los fariseos se parecen a la pregunta del v. 10. Acerca de lo prohibido y lo no prohibido en tal día, como se ha señalado, los rabinos en sus tradiciones habían legislado lo que ni Dios había puesto en detalle cuando dio el mandamiento (Ex 20:8-11). Los rabinos habían reglamentado la Ley de Dios movidos con un espíritu legalista y sin misericordia alguna. Pero así como la vida de los discípulos vale más que la de un pajarillo (10:31), la vida de las personas vale más que la de una oveja (12:12). Por tanto, dice Jesús, “es lícito hacer el bien en los días de reposo”.

Jesús “no condena el sábado en sí mismo, pero rechaza las interpretaciones demasiado estrechas: la obligación del sábado debía ceder ante el precepto del amor (Mc 3,4; Lc 13,15-16) y el sábado ha sido hecho para el hombre y no el hombre para el sábado (Mc 2,27). De este modo, sus palabras y actitudes provocaron una vez más la reacción de sus adversarios (Mt 12)”. (Levoratti 2007a:158).

“¿No habéis leído…?” (vv. 3, 5)

Ahora Jesús va a argumentar con dos ejemplos del Antiguo Testamento, que de seguro conocían bien los fariseos, donde tanto David como los sacerdotes comieron “profanando” lo que era “sagrado” (vv. 3-6). Los discípulos de Jesús tuvieron hambre, arrancaron espigas y se las comieron, ¿dónde está el problema? Los fariseos también iban a comer luego (en sus casas) por tanto no hay problema alguno, dado que las necesidades tienen que satisfacerse aún en día de reposo. 

La “lógica” de Jesús es algo que no comprenden los fariseos: si hay algo sagrado para Dios es la vida humana. Sin pan material no hay Reino de Dios (“Venga tu Reino… El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”, 6:10, 11). A la pregunta doble que Jesús hizo a los fariseos (vv. 3, 5) luego le añadirá otra: ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? (v. 12). Pero ni aun así los convencerá. Las personas necesitan comer (v. 1) y ser sanadas (v. 13), eso nunca debe estar en discusión.  

“Misericordia quiero, y no sacrificio” (v. 7)

Se define la misericordia como la compasión hacia el sufrimiento del otro. Y aunque sobre este tema ya había enseñado el Señor (5:7; 9:13), al parecer los fariseos no sabían el significado de Os 6:6. En la enseñanza de Oseas y otros profetas, Dios prefiere la práctica de la justicia y la misericordia a los diversos rituales que se hacían en el templo (como los sacrificios). Y esto porque cualquier práctica religiosa acompañada de injusticias o de condenas a los “inocentes” (v. 7; cf. “sin culpa”, v. 5) podría ser expresión de hipocresía o, incluso, de idolatría. 

Bien dice un comentarista bíblico: “El mensaje de Oseas era el siguiente: Los sacrificios son importantes pero Dios solo los acepta si proceden de un corazón puro y humilde. Israel tenía la obligación, bajo la ley, de ofrecer sacrificios a Dios pero había otras cosas que eran más importantes, por ejemplo, la práctica de la misericordia”. (Carballosa 2007:398). Estrictamente no había oposición entre los sacrificios y la misericordia. Ambos debían caminar juntos. 

Más adelante el Señor volverá a fustigar a los maestros de la ley: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello” (23:23). La condena de los inocentes discípulos de Jesús no era sino muestra de legalismos e intolerancias inadmisibles. En toda condena (“no es lícito”) hay ausencia de misericordia.

Señor del día de reposo” (v. 8).

Jesús hace dos afirmaciones que indican su divinidad: él es mayor que el templo (v. 6), y en tanto Hijo de Hombres es Señor del día de reposo (v. 8). De ahí la autoridad con la que actuaba. Así entonces “Jesús liberó al sábado de las cargas y restricciones que le había impuesto la tradición rabínica y que habían desvirtuado la razón por la que había sido instituido (cf. Dt 5,12-15). (…) El reino de Dios está cerca y quiere manifestarse en el amor incondicional de los seres humanos entre sí”. (Levoratti 2007b:339).

Aclaración: Jesús no vino a abolir o derogar la Ley de Dios, sino para cumplirla (5:17). Él vino para darle al Antiguo Testamento su correcto sentido, por lo que “nadie debe concluir que el Señor minimiza la importancia del sábado. Tampoco debe concluirse que Jesús intentaba echar por tierra la ley de Moisés. Todo lo contrario, el Señor defiende la ley. Recuérdese que El nació y vivió bajo la ley. El Señor no tolera que los fariseos malinterpreten la función del día de reposo”. (Carballosa 2007:400). 

“es lícito hacer el bien en los días de reposo” (v. 12)

El tema de lo lícito o lo no-lícito no fue Jesús quien lo introdujo en el debate sino los fariseos (vv. 2, 10). Ahora Jesús, una vez más, les va a responder de forma contundente. Si antes les argumentó con dos ejemplos del Antiguo Testamento y una cita del profeta Oseas, ahora lo hará con el ejemplo de una oveja que cae en un hoyo en día de reposo. Si es necesario levantar a la oveja, lo que supone un esfuerzo o labor, no hay problema alguno, hay que hacerlo. Es lo que corresponde, es lo lógico. Como vemos lo que les dice el Señor es irrefutable, pero cuando existe la consigna de acusarle (vv. 10, 14) no hay argumento que valga. 

Resumiendo, los discípulos de Jesús saciaron su hambre (allá por los sembrados) y el hombre de la mano enferma quedó sano (en la sinagoga). Pero algo más: Jesús hizo añicos la tradición rabínica que anteponía su interpretación antojadiza del sábado a la vida humana y sus necesidades. Esa tradición era un obstáculo para las personas con hambre de pan y de sanidad, y por eso era un obstáculo también para el crecimiento del Reino de Dios. 

No sorprende, por tanto, lo que decidieron los fariseos: “tuvieron consejo contra Jesús para destruirle” (v. 14). Jesús al saber de esos planes se fue de allí, pero fue inevitable que la gente le siguiera (v. 15). A éstos Jesús los instruyó desde las Escrituras (vv. 17ss) presentándose como el siervo sufriente de Jehová (Isa 42:1-4). Pero lo fariseos no se quedarían de brazos cruzados pues continuarán con sus planes de destruirlo (v. 24).

IDEA CENTRAL DEL TEXTO

Jesús enseña que por encima de tradicionalismos y legalismos está la vida humana con sus necesidades concretas. El pan material y la sanidad del cuerpo no son lujos que nos damos sino parte componente de la vida. Frente a ello sólo hay una forma de actuar (como Jesús), aunque algunos critiquen o tomen posiciones contrarias. El Reino de Dios se hace presente cuando la vida de las personas se hace más plena.

LECCIONES QUE APRENDEMOS

Acerca de Jesús:

Jesús desde la Escritura defiende la satisfacción de las necesidades corporales, sean éstas el hambre o la sanidad física. Si en esa defensa hay que cuestionar los legalismos que se esconden bajo “lo lícito” o “lo no lícito” del día de reposo, pues hay que hacerlo. Jesús nos dejó ejemplo de ello.

Para Jesús la misericordia, en tanto práctica, es algo central y no negociable. A veces se deben cuestionar los sacrificios religiosos cuando éstos olvidan los actos de misericordia. En la línea del Antiguo Testamento ambos caminan juntos. 

Lecciones para todos:

Los cristianos tenemos la urgencia de conocer la Escritura para defender lo que es central para nuestro Señor Jesucristo y el Reino de Dios. Si Jesús defendió la vida humana -desde la satisfacción de las necesidades corporales-, nosotros también.

Los cristianos no debemos perder de vista que Dios quiere que nuestros actos personales de misericordia no sean substituidos por “sacrificios” (o ritualismos) que olvidan lo central para el Señor. 

Fuentes usadas

Carballosa, Evis. (2007). Mateo: la revelación de la realeza de Cristo. Tomo I. Grand Rapids, MI: Portavoz.

Levoratti, Armando. (2007a). El ambiente histórico-cultural del Nuevo Testamento, A. Levoratti, edit., Comentario Bíblico Latinoamericano. Nuevo Testamento. Navarra: Verbo Divino, 2007, 2ª edición.

_____. (2007b). Evangelio según san Mateo, A. Levoratti, edit., Comentario Bíblico Latinoamericano. Nuevo Testamento. Navarra: Verbo Divino, 2007, 2ª edición.

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