DÍA DE LA MADRE: "ANA, MUJER Y MADRE EJEMPLAR"

Ps. Martín Ocaña

LECTURA BÍBLICA:  1ª Samuel 1:1-28

I. NTRODUCCIÓN

Queremos compartir una reflexión en base a la Palabra de Dios en relación a un día que es tan especial para nuestra sociedad y que los cristianos también celebramos: el día de la madre.

El texto de 1ª Samuel 1:1-28 nos servirá de referencia. Haremos un análisis para luego ver las implicancias para hoy.

II. UNA VISIÓN PANORÁMICA

1. Los capítulos 1-3 de 1ª Samuel nos hablan de la infancia y juventud de Samuel.

2. Pero…desde 1:1 hasta 2:10, la figura de Ana, su madre, es de primera importancia. Ese es el texto y personaje que nos interesa resaltar.

3. En 1:1-18 = La historia sufrida de Ana
          1:19-28 = La respuesta de Dios

           2:1-10 = Agradecimiento de Ana a Dios

III. OBSERVACIONES (en torno a los personajes)

1. Elcana: Tenía dos mujeres (Ana y Penina). Esto es una negación abierta respecto al propósito de Dios que es la monogamia (Génesis 2:24).

2. Penina: Se muestra como una mala mujer. Es todo lo opuesto a Ana. Se burlaba de la desgracia ajena (1:6).

3. Elí: Sacerdote que no comprendía a Ana, a la que confundió como si fuera una mujer ebria (1:13)

4. Ana: Mujer temerosa de Dios, llena de pruebas y humillaciones, pero al final bendecida en gran manera por Dios.

IV. UNA LECTURA DEL TEXTO

Todavía no encontramos a Ana madre, sino a Ana “mujer”.

Ana es una persona, una criatura de Dios, una hija de Dios. Es MUJER y por tanto llamada a ser libre, digna y servidora de Dios.

Pero Ana, para “ser” (y “sentirse”) una “mujer plena”, “una mujer realizada”, una mujer conforme al plan de Dios, quería ser madre: tener un hijo/a, cosa que no podía. Hoy el feminismo creciente diría otra cosa.

1:1-18 LA HISTORIA SUFRIDA DE ANA

Ana tenía familia, mejor dicho, esposo. Y había también otra mujer además de ella (Penina). El texto no explica cómo se llegó a esta situación anormal y pecaminosa desde el punto de vista bíblico.

Eran, de hecho, una familia humilde/pobre.

Rama (o Ramataim) era un pueblo intrascendente en aquel tiempo. Pero DIOS TAMBIÉN OBRA EN LOS LUGARES “INSIGNIFICANTES” O “PEQUEÑOS” PARA MOSTRAR SU GRANDEZA.

Ana era una mujer, diríamos hoy, “religiosa”. Acompañaba a Elcana y Penina TODOS LOS AÑOS al santuario en Silo para ADORAR A DIOS. En aquel tiempo no había templo pero sí un santuario donde se ofrecían sacrificios en presencia del sacerdote.

Ana recibía la mejor atención de Elcana, pero eso no bastaba. Ana sufría porque quería tener un hijo (1:8). Su dolor hizo que incluso tenga amargura en su corazón (1:10).

¡CUÁNTAS MUJERES TIENEN HOY AMARGURA EN SU CORAZÓN, POR ALGUNA RAZÓN QUE SOLO ELLAS Y DIOS CONOCEN!.

Algo importante es que “Ana oró a Jehová” (1:10) e hizo una promesa a Dios (1:11).

FÍJENSE QUE ANA TODAVÍA NO ES MADRE, PERO EN SU CORAZÓN YA LO DEDICÓ AL SERVICIO DE DIOS. Eso se llama fe.

Me parece que aquí el texto bíblico tiene una dimensión pastoral: la madre como gestora de un hijo al servicio del Señor. Samuel –el hijo a nacer- sería “nazareo” (Números 6:2), es decir, estaría al servicio íntegro de Dios.

¿De dónde se aprende el servicio a Dios? de la casa, de la familia, y allí la MADRE tiene un rol importante.

Hay un breve relato de Ana y Elí (el sacerdote). El texto termina con la aprobación de Elí a Ana (1:17). El versículo 18 demuestra que Ana después de la oración, y de las palabras de aliento de Elí, es otra mujer: “comió y no estuvo más triste”.

Otra implicancia pastoral: necesitamos orar y alentarnos mutuamente para ser “otros”, distintos, como Dios quiere. Muchas veces sucede que no hay oración y tampoco palabras de aliento. ¿El resultado? Personas e iglesias llenas de resentimiento y amargura.

1:19-28 LA RESPUESTA DE DIOS

Cuando decimos que hay respuesta de Dios estamos diciendo que Dios ha escuchado las oraciones, el clamor de sus hijos/as (como en el relato del Exodo).

En 1:19b dice: “Y Jehová se acordó de ella”.

¿Por qué se acordó de ella? Para responder esta pregunta es necesario ver el siguiente esquema que resalta el mismo texto:

                      ANA ORA (1:10,12)

                                                        - ANA ADORA (1:19 a)
                                                        -DIOS ESCUCHA (1:19 b)
                                                        -ANA ADORA (1:28 b)
                      ANA ORA (2:1)

Si se observa bien el esquema, el centro del relato está la frase “Y Jehová se acordó de ella (1:19 b). En torno a esa expresión se encuentran tanto la ADORACIÓN como la ORACIÓN de Ana.

“DIOS NO NOS ESCUCHA SI NO ADORAMOS Y ORAMOS”. ¡Hay que entender esa básica verdad espiritual!

¡CUÁNTOS QUIEREN RECIBIR LAS BENDICIONES DE DIOS, PERO NO LE ADORAN Y TAMPOCO ORAN!

Adorar no solo es decirle a Dios “te adoro”, “qué hermoso eres”, “te doy mi vida” como dicen algunos cánticos. Se adora a Dios en espíritu y en verdad (Juan 4:24). Con obras a favor de la vida, y con actos de justicia.

Les pregunto a las madres ¿Estás adorando y orando como Ana?

2:1-10 AGRADECIMIENTO DE ANA A DIOS

No vamos a tratar con detalle este texto. Ana agradece a Dios porque le respondió su oración (1:27-28).

En el comentario de la Biblia de Estudio Caribe dice que “este canto profético enfatiza la alabanza y la misericordia de Dios para con los pobres” y eso es cierto.

La oración o canto de Ana EXALTA A DIOS y hace que ella se presente como pequeña, humilde y pobre. Y en verdad lo era. Ana era maltratada, humillada, vivía en una aldea pobre, pero DIOS SIEMPRE SE ACUERDA DE LOS PEQUEÑOS (2:8).

Jehová es dueño de la vida y dueño de los bienes materiales (2:7-7), pero Dios también es santo (2:2), y a Él podemos acercarnos como un refugio.

CONCLUSIÓN

Hermanos/as: Dios quiere que cumplamos nuestros anhelos y sueños. ¡Él bendecirá si le adoramos y oramos!

A las madres les queda una gran responsabilidad: dedicar a sus hijos al servicio del Señor.

Servicio al Señor significa TRABAJAR PARA LA OBRA DEL SEÑOR, EN PRIMER LUGAR EN LA IGLESIA.

Ana, era parte de una familia piadosa, con sus problemas e incoherencias, pero ella fue un EJEMPLO EN ORACIÓN, ADORACIÓN Y ALABANZA.

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