22 de enero de 2021

JESÚS Y LA MISIÓN DE LOS DOCE


Pastor Martín Ocaña
TEXTO BÍBLICO

Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando (didáskon) en las sinagogas de ellos, y predicando (kerússon) el evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 

Y al ver las multitudes, tuvo compasión (esplánnisthe) de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos (mathetaís): A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe (ekbále) obreros a su mies. 

Entonces llamando a sus doce discípulos (mathetás), les dio autoridad (exousían) sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce apóstoles (apostólon) son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó”. (Mateo 9:35-38 y 10:1-4, RV 1960).

CONTEXTOS LITERARIO Y SOCIAL

El texto a estudiar une el final del capítulo 9 de Mateo con el inicio del 10. El pasaje que inicia en 9:35 y termina en 10:4 es una pequeña unidad textual de una sección mayor, el cual introduce a una serie de relatos (que culminará en 12:50) en torno a la misión de extender el Reino de Dios. Se puede decir que “9,35-38 constituye la introducción a la misión y al discurso, y describe la lastimosa situación de Israel a los ojos de Jesús” (Mateos & Camacho 1981:102).

Se observan dos elementos en el texto: (1) El v. 35 hace de puente entre la sección anterior -que terminó en 9:34- y la que comienza en el v. 36, donde aparecen las multitudes a quienes se les llevará el Reino de los cielos (10:7). 9:35 muestra de manera resumida lo que hizo Jesús. Su misión fue “integral” porque el Reino de los cielos también lo es: integra cada aspecto de la vida humana. (2) Se muestra un avance cualitativo en lo que respecta el “discipulado”. No es suficiente ser discípulo (10:1), se debe transitar al apostolado (10:2). Esa es la exigencia del Reino de Dios, la cual se reiterará hasta el final del evangelio (28:19-20).

En la misión de Jesús, y la que se encomendará a sus discípulos, hay un doble punto de partida: (1) las multitudes desamparadas y dispersas que se ven; y (2) lo que se siente muy dentro respecto a esa situación. Sin ambas no hay misión alguna posible. Mateo hace muy bien en mostrarn -en los vs. 36-38- “el sentido pastoral de Jesús” (Levoratti 2007:330), el cual deberán imitar los discípulos-apóstoles en el cumplimiento de la misión (10:1-2).

PALABRAS Y EXPRESIONES A RESALTAR

“recorría Jesús…” (9:35)

Este versículo, al ser un sumario, resume las actividades de Jesús (como en 4:23). Mateo destaca que la actividad de Jesús se desarrolló de manera itinerante por las ciudades y las aldeas. Para ello se utilizan tres verbos: enseñando, predicando y sanando, los cuales guardan relación con la buena noticia (evangelio) del Reino de Dios. Jesús hizo ello y los discípulos deberán hacer lo mismo (10:7-8). Y es que la misión de los Doce fue la misma del que los llamó y los envió. “El encargo dado a los discípulos no es otro que la propia misión de Jesús” (Luz 2001:112).

tuvo compasión de ellas” (9:36)

El corazón pastoral de Jesús tiene como punto de partida el ver. ¿Qué vio el Señor? Multitudes a las que comparó como ovejas sin pastor, dado su abandono y dispersión. “Como un rebaño sin pastor, el pueblo está falto de verdadera orientación religiosa, abandonado a sí mismo, desatendido. Los maestros de la Escritura, los guías religiosos profesionales, no se preocupan de ello, sino que postulan más bien el aislamiento de los piadosos frente al am haares impío”. (Schmid 1973:255).

¿Y qué sintió Jesús? La voz griega esplánnisthe va mucho más allá de las versiones que lo traducen por “compasión” o “misericordia”. La RV 1977 indica que esa palabra debe traducirse “se le conmovieron las entrañas sobre ellas”. Con ese criterio la Nueva Versión Purificada y La Biblia Textual traducen “se le enternecieron las entrañas por ellas”. Esta expresión indica que Jesús sintió algo profundo, como que se le retorció algo en el vientre cuando vio a las multitudes en la condición ya señalada. (En el evangelio de Mateo se utiliza esa voz griega sólo cinco veces: 9:36; 14:14; 15:32; 18:27 y 20:34).

“Entonces dijo a sus discípulos” (9:37)

Esta expresión no se puede separar de “entonces llamando a sus doce discípulos” (10:1). Ahora toman notoriedad los Doce dado que existe una vinculación entre discipulado y misión. Los discípulos -o alumnos- ahora son involucrados en la extensión del Reino de Dios. De la misma manera que Jesús habló a sus discípulos, ahora los va a llamar. “Jesús revela a sus discípulos su proyecto mesiánico y los asocia a su misión. El reinado de Dios ha llegado a un punto crítico, que requiere una mano de obra urgente, como en el caso de una cosecha extraordinariamente abundante” (Levoratti 2007:331).

Antes Jesús había comparado la labor de los discípulos como “pescadores de hombres” (4:19), ahora serán como “obreros” que trabajan en el campo. Y aunque hay mucha mies los obreros son pocos, por lo que hay que “pedirle” al que es Señor de la mies que envíe más obreros. Pero cuando se “ruega” o se “pide” algo al “Dueño de la cosecha” -como traduce la Biblia Latinoamericana- siempre existe la posibilidad que él llame a esa labor a los mismos que están pidiendo por más obreros.

“les dio autoridad” (10:1)

Una vez que Jesús llamó a los doce discípulos les dio exousían (autoridad). Sin esa autoridad no hay misión en el Reino de Dios. Esa voz griega se repite en el contexto de la “gran comisión” (28:18). La misión de Dios es la de Jesús y la de su pueblo. Los discípulos necesitan, por esa razón, de la “autoridad” o “potestad” de Dios para realizar una misión que confrontará demonios, enfermedades y dolencias.

“los doce apóstoles” (10:2)

Que Jesús llamó a doce, eso es evidente. Pero ¿por qué ese número? La respuesta es que con ello se alude a las doce tribus de Israel que representan al pueblo de Dios en el Antiguo Testamento. Los doce apóstoles son el núcleo del “nuevo Israel”, que es la iglesia universal que se abre a todas las culturas y naciones. 

Nota aclaratoria: El número doce es tan importante que los primeros cristianos, tras la muerte de Judas, tomaron la decisión de suplirlo. Matías llegó a ser el doceavo apóstol (Hch 1:23-26; 2:14; etc.). Incluso en Hch 6:2 dice nítidamente que Matías era uno de los Doce, con lo que se debe descartar la enseñanza equivocada que Pablo fue el que suplió a Judas. De hecho, Pablo fue uno de los varios apóstoles que hubo al inicio del cristianismo (Hch 14:14). 

Volviendo a nuestro relato, llama la atención que se cambie de forma abrupta el término para referirse a los discípulos. Ahora son “apóstoles” (apostólon). ¿Qué ha pasado para que los discípulos sean llamados así? “Discípulo es el que escucha y practica lo que escucha; apóstol es el escogido por el Maestro para realizar lo que se le encomienda con la autoridad de Jesús mismo, autoridad que es señorío salvador del Padre” (Garrido 2012:138).

Nota aclaratoria: El término “apóstol” nunca designa un título eclesiástico o un cargo privilegiado en una organización religiosa. El “apóstol”, que literalmente significa uno que es enviado a la misión (10:5), remite a un ministerio evangelizador. “La palabra apostolós implica dos aspectos: el apóstol es enviado por Cristo para extender la fe; es el representante de Cristo: «El que os recibe a vosotros, me recibe a mí» (Mt 10,40). Por tanto, debe comportarse de tal modo que a través de él sea a Cristo a quien se descubra” (Tassin 2012:36).

Lo más parecido hoy a un apóstol es el misionero que es enviado por su iglesia local a evangelizar -de manera integral, como Jesús (9:35)- a una zona (región, país) donde no ha llegado la buena noticia de Jesucristo y el Reino de Dios. Ese campo de misión puede estar cerca de su casa como a miles de kilómetros. Un apóstol (o misionero) nunca se envía así mismo. Es una iglesia local -o una denominación- que reconoce su llamado por Dios, lo respalda y apoya en todo, porque la iglesia por naturaleza es apostólica, es decir misionera. El mejor ejemplo se encuentra en la iglesia de Antioquía de Pisidia (Hch 13:1-5).

los nombres de los doce apóstoles

Estos doce antes de ser enviados por Jesús fueron preparados por él. Por lo mismo, un apóstol no llega a serlo de la noche a la mañana, primero tiene que ser instruido en la Palabra y en el ministerio. Además, los doce pasaron buen tiempo acompañando a Jesús en la misión del Reino viendo su misericordia y su poder. A todo apóstol le antecede siempre la experiencia de ser un discípulo en comunión con otros discípulos. 

“primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó” (10:2-4). 

Dado que el evangelio de Mateo presupone el conocimiento de los diversos acontecimientos en torno a Jesús, es que dice “primero Simón” (v. 2) en notoria referencia a su liderazgo en la iglesia en Jerusalén (tal como lo cuenta Hechos de los apóstoles). También menciona a Judas como el que traicionó a Jesús (v. 4). Es por esta razón, tal vez, que lo menciona al final de la lista. Hay otros datos más, pero no tantos como quisiéramos para tener una mejor idea acerca de qué tipo de personas fueron los discípulos-apóstoles.

Con todo sabemos que Simón (Pedro) y Andrés eran hermanos. Igual eran Jacobo y Juan, ambos hijos de Zebedeo, el empresario dedicado a la pesca. Dos de ellos, Andrés y Felipe, son nombres griegos lo cual indica un trasfondo cultural distinto al resto de los apóstoles. Tomás y Mateo son nombres arameos, lo que les da cierta particularidad respecto a los demás, y Mateo añade que él había sido cobrador de impuestos o publicano.

Finalmente, Mateo agrega dos datos que podrían indicar los trasfondos políticos de dos apóstoles. De Simón se dice que era “cananista”, palabra aramea que significa “celante” (zelote), es decir miembro de un partido cuyo objetivo era expulsar a los invasores romanos. Y a Judas se le llama “Iscariote”, lo cual ha dado lugar a explicaciones como que era originario de Queriot (Jos 15:25), o que probablemente ese término significaba “sicario”. El que Simón el zelote esté en la lista al lado de Judas siempre se prestará para diversas conjeturas.

¿Por qué Mateo dio todos estos datos respecto a los apóstoles? ¿Era tan sólo para distinguirlos de otros que tenían los mismos nombres? Es posible. Otra explicación puede ser que él quería que los lectores supieran que el grupo de discípulos-apóstoles era poco homogéneo. “El grupo de los Doce es heterogéneo (…). Es la concreción de la realidad de Israel, dentro del cual se encuentra incluso el traidor. La conducta y las reacciones de sus miembros ejemplifican los diversos componentes del Israel que se adhiere a Jesús” (Mateos 1982:219).

IDEA CENTRAL DEL TEXTO

La misión de extender el Reino de Dios, en otras regiones, ahora involucra de manera directa a los discípulos de Jesús. Éstos, en el contexto de la misión, se tornan “apóstoles”, es decir son llamados y enviados a hacer lo que hacía Jesús (9:35 y 10:5). Y aunque la mies es mucha, ellos están respaldados por la autoridad de Jesús, el Señor de la cosecha.

LECCIONES QUE APRENDEMOS

Acerca de Jesús:

La misión de Jesús nace y se fundamenta en su corazón pastoral cercano a las multitudes que estaban desamparadas y dispersas. 

Jesús involucra a sus discípulos en su misión, es decir en la extensión del Reino de Dios. Si se ruega por obreros para la obra de Dios hay que estar dispuestos a serlos.

Jesús al enviar a sus discípulos a la misión los torna en apóstoles. Ésta es una función (o ministerio) que el Señor Jesús preparó de antemano cuando los llamó a seguirle.

Acerca de los discípulos-apóstoles:

Más allá de las varias diferencias que tenían entre ellos, los discípulos-apóstoles deben obedecer al Dueño de la cosecha que los envía a la misión. Tienen el mejor ejemplo o modelo de cómo realizarlo: Jesús el Mesías.

La “autoridad” que reciben de Jesús es para usarla en la misión del Reino de Dios. Basta con ella para enfrentar a los demonios, las enfermedades y las diversas dolencias de las personas.

Fuentes usadas

Garrido, Javier. (2012). Meditación de la existencia cristiana. Discursos evangélicos de Mateo. Navarra: Verbo Divino.

Levoratti, Armando. (2007). Evangelio según san Mateo, A. Levoratti, edit., Comentario Bíblico Latinoamericano. Nuevo Testamento. Navarra: Verbo Divino, 2007, 2ª edición.

Luz, Ulrich. (2001). El evangelio según san Mateo, II. Mt 8-17. Salamanca: Sígueme.

Mateos, Juan. (1982). Los “Doce” y otros seguidores de Jesús en el evangelio de Marcos. Madrid: Cristiandad.

Mateos, Juan & Fernando Camacho. (1981). El evangelio de Mateo. Lectura comentada. Madrid: Cristiandad.

Schmid, Josef. (1973). El evangelio según san Mateo. Barcelona: Herder.

Tassin, Claude. (2012). Evangelio de Jesucristo según san Mateo. Navarra: Verbo Divino [Cuadernos Bíblicos 129].

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