INTRODUCCIÓN
Es común que cada uno de nosotros, al prepararnos para recibir el nuevo año, realicemos una evaluación de todo lo que sucedió durante el año que termina. Se evalúa tanto los acontecimientos “buenos” como los acontecimientos “malos”. Y finalmente, deseamos a los demás un “Próspero año nuevo”, lleno de dicha y felicidad.
Esto quiere decir, éxito en todo lo que vamos a realizar, y que nuestra sociedad lo resume en tres palabras: “salud, dinero y amor”. Sin embargo ¿Es esto lo único que queremos que Dios nos provea? ¿Cuál es nuestra petición a Dios para este nuevo año? ¿Estamos pidiendo a Dios de la manera correcta?
LA PETICIÓN DE SANTIAGO Y DE JUAN
En nuestra lectura aparecen dos personajes “Santiago y Juan”, hijos de Zebedeo y discípulos de Jesús (Mc. 1:19-20). Los discípulos veían que la fama de Jesús crecía por las muchas señales y milagros que hacía y al parecer empezaron a buscar el protagonismo, discutiendo quien de ellos era el más importante (Mc. 9:34).
Era la tercera vez que Jesús anunciaba su muerte (Mc. 10:32-34), lo que tal vez motivó de que Santiago y Juan se acercaran a Jesús con una petición , a lo que Jesús les pregunta:
PREGUNTA DE JESÚS: “¿QUÉ QUIEREN QUE HAGA POR USTEDES?”.
PETICIÓN: “Concédenos que en tu reino glorioso nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda”.
RESPUESTA: NEGACIÓN (Mc. 10:43) ¿Por qué? Veamos…
Los demás discípulos al oír la petición se enojaron porque ellos al igual que Santiago y Juan, esperaban que Jesús estableciera un reino terrenal, en donde designaría diversos cargos de honor y de autoridad. Sin embargo, el reino de Dios no era un reino de este tipo, sino por el contrario un reino basado en el amor y el servicio a los demás. Ya Jesús les había dado una lección anteriormente: “…Si alguien quiere ser el primero, deberá ser el último de todos, y servirlos a todos” (Mc. 9:35). Por lo que observamos, no habían entendido el mensaje.
MENSAJE CENTRAL: En este caso la respuesta de Jesús fue: “…el que quiera ser grande entre ustedes, deberá servir a los demás, (…) Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y dar su vida como precio por la libertad de muchos.” (Mc.10:43-45).
LA PETICIÓN DE BARTIMEO
Lamentablemente existe el peligro de seguir a Jesús con el mal concepto de “prosperidad”, es decir, la esperanza de recibir un alto cargo, fama, una “buena posición” social y económica, o tal vez, algo para el simple placer.
Jesús dijo claramente que el que quiera ser grande deberá servir a los demás, porque ni aun él vino para que le sirvan, sino para servir y dar su vida como precio por la libertad de muchos. (Mc. 10:43-45). Entonces meditemos y cambiemos nuestra manera de pensar, y que nuestras oraciones sean pensando también en el bien de nuestro prójimo.
Seguidamente, Jesús muy triste e indignado a la vez se dirigió juntamente con sus discípulos hacía Jerusalén, y al pasar por Jericó, saliendo ya de la ciudad acompañado de una gran multitud, escuchó unos gritos que lo detuvieron. Era Bartimeo, un mendigo ciego que clamaba sin detenerse “¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!”. Jesús lo llama y le hace la misma pregunta que les hizo a sus dos discípulos:
PREGUNTA DE JESÚS: “¿QUÉ QUIERES QUE HAGA POR TI?”.
PETICIÓN: “Maestro, quiero recobrar la vista”.
RESPUESTA: ACEPTADA (Mc. 10:52) ¿Por qué? Veamos…
Aquí Jesús demuestra dos aspectos importantes:
1. Autoridad para enseñar
2. Servicio y amor hacía los demás
La petición de Bartimeo se basaba en una necesidad básica para poder subsistir, pues los ciegos debido a su condición no podían trabajar y eran marginados de muchas maneras por la sociedad. Eso los empujaba a mendigar.
1. Autoridad para enseñar
2. Servicio y amor hacía los demás
La petición de Bartimeo se basaba en una necesidad básica para poder subsistir, pues los ciegos debido a su condición no podían trabajar y eran marginados de muchas maneras por la sociedad. Eso los empujaba a mendigar.
¿CUÁL ES TU PETICIÓN?
¿Sabes que Dios te hace la misma pregunta cuando oras? ¿Qué quieres que haga por ti? Y cuando le presentas tu petición te quedas con la inquietud de cual sería su respuesta. En un coro para niños dice lo siguiente:
Cuando oro a veces Dios dice “SI”,
cuando oro a veces Dios dice “ESPERA”
cuando oro a veces Dios dice “ESPERA”
// y a veces dice “NO”
y es a causa de su amor,
pero siempre Dios contesta mi oración //.
Sin embargo, nos preguntamos ¿Por qué algunas veces Dios nos da una respuesta afirmativa y otras veces una negativa? En la cita arriba señalada se nos presenta dos peticiones pero con diferentes respuestas. Mientras Santiago y Juan seguían a Jesús esperando recibir de él poder y fama, por otro lado, Bartimeo, a quien no le importó perder su capa, siguió a Jesús con la esperanza de ser escuchado y recibir de su misericordia.
Lamentablemente existe el peligro de seguir a Jesús con el mal concepto de “prosperidad”, es decir, la esperanza de recibir un alto cargo, fama, una “buena posición” social y económica, o tal vez, algo para el simple placer.
Jesús dijo claramente que el que quiera ser grande deberá servir a los demás, porque ni aun él vino para que le sirvan, sino para servir y dar su vida como precio por la libertad de muchos. (Mc. 10:43-45). Entonces meditemos y cambiemos nuestra manera de pensar, y que nuestras oraciones sean pensando también en el bien de nuestro prójimo.
CONCLUSIÓN
- Hay tres palabras que no debemos olvidar y que debemos tener presente en nuestras oraciones: FE para dejar la petición en manos Dios, PACIENCIA para saber esperar su respuesta y HUMILDAD para aceptar su voluntad.
- En nuestras oraciones no debe estar presente el egoísmo, la vanidad, ni mucho menos buscando nuestro propio placer. Recordemos lo que dice Santiago: “… y si se lo piden, no lo reciben porque lo piden mal, pues lo quieren para gastarlo en sus placeres.” (Stg: 4:3).
- Que nuestras peticiones no sólo sean de nuestro agrado sino que sobretodo, sean del agrado de Dios, quien es el que nos da la vida, no para vivirla de una manera desordenada sino de acuerdo a su voluntad. Y cuando Dios te pregunte ¿Qué quieres que haga por ti? piensa bien en lo que vas a pedir, para que luego no digas de que Dios no te escucha o que se olvidó de ti.
1 comentarios :
GRACIAS POR LA BUENA PALABRA DE DIOS ESTA LISTA PARA ACTUAR EN NUESTRAS VIDAS, ES MI DESEO QUE LA FE, HUMILDAD ,PACIENCIA. EL ESIRITU DE PODER, AMOR, DOMINIO PROPIO, SABIDURIA, AMOR, ETC FLUYA EN MI CADA DIA.
BENDICIONES
GRACIAS POR SUS ORACIONES A FAVOR MIO, MANTENIENDOME EN LA BRECHA GRACIAS TAMBIEN POR USTEDES.
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